Y ya son dos. Un conejito llegó. Se acercó a la manopla y preguntó:
¿Quién, quién vive en la manopla?
El ratoncito-roedor, la ranita-saltarina. Y tú, ¿quién eres?
Soy el conejito-corredor. ¡Dejadme que entre!
Ven.
La continuación